Descubre cómo los colores que elijas para tu cocina no solo definen su apariencia, sino que también influyen en el ambiente, la percepción del espacio y cómo te sientes al usarla.
El color en la cocina va más allá de la estética. Juega un papel fundamental en la percepción espacial, la luminosidad y el confort emocional.
Cuando hablamos de cocinas, tonos como el rojo, naranja y amarillo transmiten vitalidad y alegría. El rojo, por ejemplo, activa el apetito e intensifica la experiencia sensorial, mientras que el naranja aporta dinamismo y estímulo. Utilizar este tipo de tonalidades en su proporción justa transforma la forma de vivir el espacio.
Por otro lado, los tonos fríos como el azul, verde y gris suave ayudan a transmitir serenidad. El azul aporta relajación, y el verde evoca frescor y conexión con la naturaleza. En cocinas pequeñas, los tonos claros y fríos potencian la luminosidad y sensación de amplitud.
Hoy en día, contrario a la tradición minimalista blanca, ganan terreno las cocinas en tonos oscuros, especialmente madera oscura, por su elegancia y calidez. La clave para proyectos así está en una iluminación adecuada y superficies reflectantes.
Los tonos cálidos, como los terracotas, beiges o marrones, están en auge creando ambientes mediterráneos y artesanales, dando como resultado espacios con gran alma.
Invertir en tu cocina es invertir en cómo vives. Nosotros diseñamos cocinas que no solo mejoran el espacio, sino también tu día a día. Si estás pensando en reformar tu cocina en 2025, ven a conocernos: te ayudamos a dar forma a ese proyecto donde ya imaginas cocinar, compartir y disfrutar.
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